En Ushuaia, cada día nos rindió por dos porque nos levantamos temprano y oscurece recién a las 11 de la noche. Por eso en sólo tres días hicimos muchos recorridos y caminatas.
Hoy a la mañana, con un día muy lindo y una temperatura agradable para acá ( 15 grados o más) fuimos a visitar el Museo del Fin del Mundo y la Casa Histórica de la ex gobernación. En ambos nos atendieron dos guías que nos explicaron un montón de aspectos sobre la historia y la vida actual en Ushuaia. Incluso desaprendimos cosas que nos enseñaron en la escuela como por ejemplo que el nombre de Tierra del Fuego era por las fogatas que hacían los yamanas para calentarse; en realidad esos fuegos enormes los hacían cuando un grupo familiar ( que era su unidad social) encotraba una ballena varada, de esa manera anunciaban el hallazgo a otros grupos para que se acercaran a compartir la comida y todo lo que aprovechaban de la ballena. En estos encuentros, los jóvenes buscaban pareja porque estaba prohibida la unión al interior de la familia. Las mujeres, que se autoabastecían y eran tan expertas pescadoras y canoeras como los hombres podían permanecer solas o elegir tener más de un hombre. Y pensar que los ingleses, incluso el propio Darwin los describió como "infrahumanos".
A la tarde fuimos a la "playa larga", que está entrando a la ciudad. Es una playa donde llega un bosque añoso de lengas. Caminar por ese bosque tiene un misterio especial por las formas de los troncos retorcidos por los vientos. Me hacía acordar el bosque de los árboles caminantes del Señor de los Anillos. Después nos quedamos viendo cómo el sol dibujaba distintas luminosidades sobre el mar del Canal de Beagle.
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