lunes, 21 de enero de 2013
Nuestro lago del Desierto
Hoy recorrimos 37 km de un camino de ripio, que hay que hacer muy despacio para llegar al Lago del Desierto. El camino es hermosísimo, el río de las Vueltas nos acompaña todo el viaje, a veces corre despacio entre quebradas y de golpe se convierte en cascada. Tardamos bastante por el estado del ripio y al final llegamos al lago que se extiende entre bosques que llegan casi hasta sus orillas. Almorzamos en una playita del lago y después de descansar un poco emprendimos el sendero hasta el glaciar Huemul.
El camino es tan mágico que es difícil de describir, se va subiendo lentamente por senderos que atraviesan un bosque de lengas centenario, bordeando un río que va cayendo hasta el lago. Cuando llegamos hasta el glaciar, me quedé sin palabras. En este viaje vi paisajes hermosos, pero la imagen del glaciar y los torrentes de agua que forman una laguna entre altas paredes de montañas, me impresionó profundamente.
A la vuelta, paramos delante de un cartel de referencia histórica y ahí pude reconstruir un poco la historia de esta zona. En el 65, se produjo un enfrentamiento entre gendarmes argentinos y carabineros chilenos porque éstos habían entrado en nuestro territorio, reclamando no solo el lago sino todas las tierras alrededor. Gendarmería recupera el lago y después viene el largo litigio con Chile. Por eso en el 85 se crea el pueblo El Chaltén, en tierras que son del Parque Nacional Los Glaciares, como una forma de habitar la región. El camino de ripio que hoy permite llegar hasta el lago lo hizo Kirchner en el 95 cuando era Gobernador. Muchas veces “los progres” de Buenos Aires no damos importancia a estas disputas territoriales, tan distantes de nuestra realidad y tan “nacionalistas”. Sin embargo cuando se está aquí la soberanía adquiere nuevos sentidos: es la belleza del paisaje, los recursos,la historia y las personas que la habitan.
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